13 de Agosto. DE AMBROSITA A ANTANANARIVO
Bueno,
llegó el último día de viaje y la tristez nos acompaña… no nos apetece llegar a
Tana porque eso significa el final de nuestro estupendo viaje.
De
Ambrosita a Antsirabe hay apenas 1,5 horas, que Roland se toma con calma.
Paramos continuamente a hacer fotos de cebús arando (llevamos todo el viaje
buscando esa foto), las terrazas, la obtención de arena del río para
construcción…
Hacemos igualmente las últimas fotos de mercados en las poblaciones que atravesamos...
Gemma
y Roland están especialmente habladores y a mí me invade un poco la nostalgia.
Se ha entablado una buena relación y nos va a dar pena dejarle. Es un
conductor-guía bueno y experimentado que ha hecho muy bien su trabajo, pero
además, con su especial forma de ser, nos ha hecho sentirnos cercanas a él.
Paramos
a comer en Ambatolampy, a mitad de camino entre Antsirabe y Tana. Despedimos el
viaje comiendo estupendamente en un hotely una carne de cebú tiernísima y bien cocinada
y una sopa por 6000 Ariarys las dos (1,5€). Roland nos dice que hay un lugar
cercano donde trabajan el aluminio y que si queremos podemos pasar a visitarlo
y comprar algo, le decimos que no tenemos un duro malagasy, así que lo de las
compras queda descartado. Durante la comida vemos que él se ha ido a ese sitio,
pensamos que a tratar una visita sin compras, pero al subir al coche tras
alucinar con cómo trabaja el aluminio esta gente de manera completamente
artesanal, nos sorprende con un regalo para las dos: una cazuelitas miniaturas y
unos lémures…. Un encanto este Roland!! ;-)
Llegando
a Tana vemos bastantes camiones de transporte del cebús y la verdad que da pena
observar las condiciones en que son transportados. La mayoría vienen del
mercado de cebús de Ambalavao y llegar a Tana les cuesta dos días. Dos días que
los animales están sin comer, sin beber y sin descansar, atados de cuernos y de
tercio posterior al camión que los transporta. Hay mataderos únicamente en las
grandes ciudades y el tema de la conservación de la carne hace que los animales
deban mantenerse vivos hasta el último momento. En las carnicerías nos
preguntamos cómo hacen para conservar la carne de un día para otro sin
electricidad y por lo tanto sin neveras, pero quizá esas salchichas que venden
por todas partes sean la respuesta a ésta pregunta….
Las conversaciones
cómplices continúan hasta Tana y tras llevarnos a tomar unas fotos de las
vistas panorámicas de la ciudad, le dejamos la tarde tranquila para que esté un
poco con su familia, que mañana parte con un nuevo grupo a las seis de la
mañana. Por la noche nos sorprenderá de nuevo mientras cenamos con una última
visita de cortesía en compañía de su hijo Silvio.
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