26 de Julio RESERVA ANALAMAZAOTRA

Tras un muy español desayuno de magdalenas con café con leche nos vamos a visitar la reserva de ANALAMAZAOTRA, único lugar de Madagascar dónde habita de forma natural el lémur más grande del mundo, el Indri Indri, que pesa 10 kg y mide alrededor de un metro. Esta reserva es un bosque secundario con altos árboles donde habitan los lémures, así que se ven a gran distancia.


La visita la hacemos guiadas por Marie, la dueña del Lodge y guía también del parque. Es una mujer de unos cincuenta y tantos años que se la ve “muy curtida”. Dice que solo duerme 3 horas al día porque regenta el Lodge, el restaurante y hace de guía y cuando llega la temporada baja se va a otra zona a trabajar con una compañía de conservación natural. Es una de las 10 mujeres guías del parque, que conviven con 90 hombres guía, pero bueno es ver que ya van aceptando mujeres en este tipo de trabajos.

Gemma suple su cojera con bastones de montaña


Los INDRI INDRI tienen un canto muy particular, que es muy envolvente y se oye a grandes distancias (2km). Son muy territoriales, así que los usan para marcar su territorio y comunicarse entre ellos. Tienen 3 tipos de cantos distinguibles: los de territorialidad, los más comunes; los de alerta, que son más agudos y chillones y los del amor, que son como un beso, según Marie. Se alimentan fundamentalmente de hojas de árboles, aunque también comen frutos y flores, pero tienen una alimentación muy variada y por esa razón es un animal que no se puede mantener en cautividad. Comen unas pocas horas al día y el resto del tiempo descansan, ya que es una alimentación muy fibrosa que necesita de mucha energía para digerirse (algo parecido les pasaba a los koalas). Viven en familias de dos hasta cinco miembros y los hijos cuando cumplen cinco años se independizan y se van a buscar pareja. Paren cada dos años y la gestación dura 6 meses. En Indri Indri está en serio peligro de extinción, siendo éste el único  lugar del mundo donde habita.


La visita la hacemos en muy poco tiempo porque como Gemma va coja, Marie coge la directa y vamos a ver los lémures straight forward. La ruta se nos hace demasiado corta, algo menos de 1 hora, cuando esperábamos dos, pero  claro, le hemos dicho que Gemma no podía andar mucho…
En la entrada del parque están publicados los precios en un tablón, tanto las tarifas de entrada como el precio de los guías, según la ruta que quieras llevar a cabo. De modo que en los 45.000 que nos había pedido Marie ya entra la propina (la tarifa son 40000), así que ni un céntimo más.  


Después de recoger todo y pagar, cogemos el coche para hacer una ruta de 3-4 horas aproximadamente hasta MANAMBATO, lugar donde cogeremos el barco que nos ha de llevar al Palmarium.
El trayecto recorre paisaje de alta montaña, hoy hace un día soleado fabuloso, así que las imágenes son hermosas y disfrutamos de la colorida imagen que ofrece la multitud de gente que hay en la calle. Predomina el cultivo de bananas, que invade las zonas cercanas a los ríos, pero también las montañas más bajas. Se empiezan a ver construcciones típicas africanas, con tejado de paja y construidas de adobe, pero están en buenas condiciones y sigue percibiéndose un buen nivel de vida.



Paramos en un mercado enorme, que reúne a muchísima gente, para ver si encontramos unas botas para Gemma, ya que se le ha despegado la suela completamente y ya no puede andar con las que se ha traído. Hay unas panamá Yak intactas, pero son pequeñas y el resto son zapatos reparados de segunda mano que además no le encaja la talla.
En Brickaville volvemos a parar para buscar botas y comprar agua. No encontramos botas, pero dejamos las de Gemma a reparar en un zapatero, veremos si es capaz de hacer algo con ellas…  las recogeremos dentro de dos días, que tenemos que volver a pasar por aquí.
Pasado Brickaville dejamos la Nacional 2 para coger el desvío que lleva a Manambato…. No sabíamos la que nos esperaba!!! Pensábamos parar a comer antes, pero Roland nos anima a llegar a Manambato y comer allí…. Menos mal! Nos esperan por delante 8 km que nos lleva realizarlos casi dos horas, con atasco incluido…. 


No hemos visto un camino TAN MALO en la vida y eso que llevamos unos cuantos recorridos por el África más profunda. Mezcla de barro hecho de arena tras las copiosas lluvias más roca madre de base hacen del camino algo prácticamente impracticable! Ni un avezado conductor con un buen 4x4 se libra de atascar! El que sufrimos nosotros es difícil de resolver porque ha quedado la trasera del coche colgado sobre una plancha de roca y las dos ruedas de atrás prácticamente en el aire, con lo cual el coche no tiene fuerza para tirar hacia delante o hacia atrás. Por fin, tras gran esfuerzo y mucha mano de obra extra proveniente de las aldeas más cercanas, consiguen sacar el coche tras más de una hora en la que diferentes intentos resultan infructuosos.


Gato manual.... una tabla y muchas personas para levantar el peso del 4x4

Atentos al modernazo con las zapatillas (5 tallas más pequeñas) a juego con la camiseta!! 

Llegamos a Manambato con el tiempo justo para comer antes de coger el último barco al Palmarium, que sale a las 4 de la tarde y le lleva una hora y media llegar al hotel. La comida en Manambato nos parece muy cara para lo que ofrece y encima nos cobran las verduras de acompañamiento como si se tratara de un entrante…vamos, algo de timada nos parece.
El Palmarium es un hotel que está en la Reserva de Palmarium al lado del lago  AMPICABE.  En una amplia zona, en paralelo a la costa este, hay una serie de grandes lagos que los Franceses, durante la colonización, decidieron unir entre ellos en un gran canal (Canal de Pangalanes) para crear una corriente de agua continua de conexión entre ellos para un mayor aprovechamiento del agua, ya que en la estrecha franja de tierra que separa los lagos del mar índico, trascurre el tren que crearon para el transporte de mercancías en esta zona. Además, los canales eran navegables, favoreciendo el transporte también por agua en unas aguas mucho más tranquilas que las del bravo Índico! Cuando navegas por esos canales te das cuenta de lo faraónico de la obra!!
Esta zona de los lagos ahora se usa como atractivo turístico, habiendo creado multitud de hoteles y resorts en sus orillas. Según consejo de Olivier y también de otras guías, el mejor es el Palmarium, así que a pesar de su precio, es al final el elegido.
La habitación sale por 35€, una barbaridad en comparación con los precios habituales que rondan los 15-20 euros (calidad media-alta). Pero además hay que pagar el barco hasta el hotel, que te cobran 225.000 Ary por ir y volver por persona (más de 50€). A parte comidas y visita a los lémures nocturnos (160000Ary). Lo único que te incluye el alojamiento en el hotel es la visita guiada a la reserva, la cual haremos mañana por la mañana.
Llegamos casi de noche y después de las pertinentes explicaciones al estilo africano de la electricidad, agua caliente y restaurante, nos vamos a tomar una ducha antes de cenar.


El hotel es agradable, pero cuenta con un lujo al estilo africano…. El bungalow está bien construido y tiene buen baño, pero no tiene ni una simple cortina para separar el baño de la habitación o el wc no tiene tapa de plástico…  algo típico de África y de lo poco que cuidan los detalles.
La cena está buena: Crab fish y zebú con un entrante de sopa de vegetales buenísima!


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