11 de Agosto. RANOHIRA A FIANARANTSOA. ANJA PARK


Hoy comenzamos el viaje de vuelta hacia Tana. Vamos a ir “mora mora” al estilo Malagache y haremos dos paradas en el camino. Hoy hasta Fianarantsoa y mañana hasta Ambrosita para acabar el 13 en Tana.
Para que no se nos haga pesado el trayecto hoy pararemos en Anja Park y veremos la fabricación del Papiro en Ambalavao.
El trayecto de salida se nos hace más ameno que el que nos trajo aquí. La mañana está fresca y vamos organizando cosas del viaje, así que los kilómetros pasan deprisa. Paramos a comprar unas papayas y unos boniatos y tenemos algún que otro incidente con la policía…. Este Roland es un justiciero y se cabrea mucho con la policía corrupta. Hoy había muchos controles policiales y en uno de ellos aun no sabemos qué ha pasado, pero se ha puesto a discutir con el policía en un tono que parecía muy serio. Luego ha venido la otra policía y nosotras veíamos cómo la discusión iba subiendo de tono, tanto que nos hemos asustando pensando que acabábamos en comisaría, pero no, Roland ha salido picando ruedas y chillándole por la ventanilla … este hombre los tiene bien puestos!  Luego se le veía muy alterado y no nos ha comentado nada del incidente, así que la cosa parece grave… a ver si mañana, más tranquilo, nos cuenta qué pasó.
Vemos también un coche accidentado de un conductor guía como él, que el día anterior se le cruzó una chavala y para evitarlo dio volantazo y el coche volcó, con tan mala suerte que cayó encima de la chica y la mató. Al conductor no le pasó nada, pero el coche estaba destrozado. Entre todos los guías de Ranohira recopilaron dinero para pagarle un cebú a la familia del difundo (1.200.000 Ariarys).
En ANJA PARK hacemos el trekking de 1.5 horas porque no tenemos mucho más tiempo. El parque es una reserva privada que gestionan y mantienen 7 de los pueblos que rodean al parque. Es una iniciativa privada que lleva 18 años de andadura y que está obteniendo muy buenos resultados. Gracias al dinero obtenido de los turistas han construido una escuela y están creando un centro para los ancianos. Nos gusta mucho la iniciativa y nos encanta que el gobierno no chupe en este caso más que los impuestos correspondientes.
El parque son tan solo 56 Ha y cubre las faldas de una preciosa montaña de granito y el bosque que la circunda, pero merece la pena una visita. Hace muchos años un terremoto desprendió parte de la montaña de granito y ésta se encuentra dispersa por toda la falda de la montaña. Esto es lo que dota de belleza y originalidad al entorno, una mezcla de bosque y rocas donde abundan los lémures de cola anillada que al estar protegidos son muy fáciles de fotografiar.




El paseo es entretenido, por bosque y rocas para subir a un view point, ver algunas grutas, tumbas betsileo y muchos camaleones!!

 los lémures van a las cuevas a dormir y también a chupar la sal que desprenden


 Siesteando...



Comemos en el restaurante que hay a la salida del parque, que es muy agradable y tiene muy buena pinta, pero al comida es fatal, al menos mi pollo al coco, que está incomestible!!
Mora mora vamos hasta Ambalavao donde pasamos a ver la fabricación de los típicos papiros que hacen en la zona. La verdad que nos sorprende cómo se puede hacer papel a partir del tallo de una planta y sobre todo pensar a quién se le ocurriría el largo proceso de elaboración que da lugar al papel. Nos gusta mucho el producto final hecho con flores naturales y acabamos comprando alguna cosita.
Luego paramos a ver la elaboración de foulards de seda a partir de material obtenido por gusanos de seda salvajes y autóctonos. La elaboración es muy laboriosa y el producto final a base de tintes naturales también es una preciosidad!
Estamos de nuevo en la zona eminentemente agrícola y rica de los Betsileos y de camino a Fianarantsoa paramos a hacer algunas fotos de cómo  están plantando el arroz las mujeres. Primero hacen planteros en zonas controladas y luego transplantan las plantas plantándolas una a una a base de doblar el lomo.





En esta zona obtienen hasta tres cosechas de arroz al año porque cuentan con agua casi de manera perpetua. Nos hemos dado cuenta que tienen todo canalizado para llevar el agua a donde ellos quieren.



En Fianarantsoa vamos a cambiar la batería y dormimos en un hotel que acaban de abrir nuevo y que está regentado por Malagasis. Dejamos las cosas corriendo y nos vamos a patear la ciudad, ya que hemos leído en la guía que la ciudad antigua es patrimonio de la humanidad. Tras más de media hora de subida por la colina en la que asienta la ciudad llegamos a la ciudad vieja y realmente nos sorprende y mucho la belleza y singularidad del lugar. La verdad que no podíamos esperar otra cosa de una etnia que cuida tanto la casa en las que vive (es la arquitectura más bonita de Madagascar), pero la ciudad vieja tiene un encanto especial, con sus calles empedradas y sus construcciones de ladrillo y teja redondeada. Además, abundan las iglesias! Arriba del todo hay unas preciosas vistas de la ciudad.








 Coche de marca Mazana, propia de Madagascar y cuya fábrica está en Fianarantsoa


De vuelta al hotel cenamos en su restaurante con el vino que compramos hace unos días en la única zona binivitícola que tiene el país. El lugar es “muy africano” en el mejor de los sentidos que una amante de África puede usar. El lugar pretende ser un hotel de lujo, y lo es en gran medida, pero tiene detalles como tablas de madera tapando los tubos que sobresalen de los azulejos del cuarto de baño; mesa preciosa de restaurante con mantel sucio; un abrebotellas que no abre y una camarera a la que tenemos que enseñar a abrir la botella; la recepcionista que se une a la juerga y acaba llevándose una copa de vino que se guarda en la nevera para la cena; una hamburguesa sin hamburguesa; un segundo plato servido a la vez que el primero… en fin, tan africano que nos encanta y lo recomendamos fehacientemente!!

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