3 de Agosto. DE BEKOPAKA A MORONDAVA. AVDA. DE LOS BAOBABS.
Nos levantamos reventadas pero satisfechas por el
estupendo día que disfrutamos ayer, así que devoramos un buen desayuno antes de emprender
la ruta de vuelta a Morondava, otras 10 horas de camino.
Primer ferry rápido y eficiente… en unos años
construirán un puente y toda esta parafernalia perderá su encanto. Las luces de
la mañana son espectaculares y disfrutamos haciendo fotos del entorno.
Hoy Roland está muy hablador y nos ilustra con
temas de política y cultura del país. Hablamos de lo importante que es la
muerte para ellos y de lo diferente que lo viven a nosotros. Para ellos la
muerte forma parte de la vida y los funerales son momentos en los que se
enfrenta la tristeza de no ver en un tiempo al ser querido con la alegría de
saber que está en un mundo mejor. Por ese motivo los funerales son
acontecimientos alegres en los que cantan bailan, comen y beben. En la cultura
Malgache es más importante construir la tumba familiar que tú propia casa. Así
nos lo corrobora Roland, que el año pasado acabó de construir su tumba
familiar, pero sigue viviendo de alquiler.
Tumbas Sakalavas. Los motivos representan la vida del muerto.
La mayor parte de las etnias siguen
el rito FAMADIHANA, que consiste a los 5 o 7 años extraer el cuerpo del difunto
para arreglar los huesos y ponerle un sudario nuevo antes de volver a
enterrarlo. Es un momento en el que se le pone al muerto al día contándole los
últimos acontecimientos familiares y se habla, ríe y llora recordándolo. Es una gran fiesta en la que la familia se gasta mucho dinero matando un cebú y comprando abundantes bebida para animar a todo el mundo.
Siempre es muy interesante ver como viven la muerte
en las diferentes culturas. Los que vivimos más alejados de ella y más de
espaldas a la muerte somos las culturas occidentales.
Escuelita sakalava.
Para ir a Belo du Tsiribina también hay que ir en
convoy protegidos por militares. En una de las paradas del convoy de coches
para reagruparnos, el coche que llevaba a uno de los policías se lo deja
olvidado, de modo que lo tenemos que coger nosotros. Un chico joven y guapo con
una Kalashnikov que no nos hace ninguna gracia ver tan de cerca. Roland sigue
hablando sin parar, ahora con el poli. Al principio éste le contesta con
monosílabos, pero al final consigue que hable y se ría con él!
Nos cuentan un poco los problemas que está habiendo
en la zona con algunos Sakalava y la verdad son más que comprensibles. Llevamos
décadas viniendo los turistas a su zona, invadiendo sus espacios sagrados,
haciéndoles fotos sin pedirles permiso, como si de animales se tratara y ellos
siguen viviendo en las mismas condiciones de absoluta miseria. La ingente
cantidad de dinero que dejamos los turistas va para el gobierno (las entradas a
los parques) y para las tour operadoras que nos traen hasta aquí, pero muy poco
o nada revierte en la zona…. Es normal que se enfaden y se subleven. Además,
hay un tema detrás de poder político, ya que durante años fueron la etnia
dominante, pero los Merina cogieron el poder político hace años y en él se han
perpetuado.
Nos cuentan que el ladrón que atracó a los turistas
el mes pasado acabó muerto. Fue muy fácil reconocerlo porque era tuerto y la
policía fue a su casa y directamente lo mató….
En la zona se percibe cierta hostilidad y no nos
sentimos muy bien acogidos, ni nosotros ni nuestros chóferes. Roland dice que a
él también le llaman Vazaha (extranjero). Tenemos un pequeño incidente con un
carro de bueyes que va por el medio del camino y Roland le pide que se aparte
para adelantarle. Éste no le hace caso y le dice que le adelante por donde
pueda. Al adelantarle, el del carro le debió decir un insulto muy fuerte y
Roland le cruzó el coche delante para preguntarle qué le había dicho. El
policía que estaba en ese momento con nosotros se asomó con su Kalashnikov en
la mano y los otros rápidamente se retractaron… cómo no!!
Según Roland los sakalava no quieren llevar a sus
hijos a las escuelas y ésta son las consecuencias!! Se percibe un claro pique
entre etnias…
Son muy curiosas las cosas que nos cuentan, pero lo
que nos deja más asombradas es lo de los Marabús aunque no acabamos de
entenderlo del todo bien…. Dicen que a los policías los entrenan para pegar el
tiro directamente en la frente porque es la única forma de matar a las personas
a las que los Marabús, mediante un rito, han hecho inmortales. Dicen que si le
disparas al cuerpo, la bala lo evita y nunca le da, que la única forma de
matarlos es directamente en la frente… Nos reímos y tratamos de bromear con el
tema, pero ellos se ponen muy serios!!
Llegando a la zona de la avenida de los baobabs
comienzan a proliferar estos árboles a modo de preciosas esculturas naturales
por doquier. No hay uno igual al otro y todos están moldeados como si de barro
se tratara. Son árboles que enternecen, con su cuerpo rechoncho, sus lorzas y sus
arrugas de sabios ancianos.
Nos lleva Roland a ver el árbol del amor, que son
dos baobabs entrelazados entre sí de manera muy simbólica. Allí aprovechamos a
comprar unas preciosas esculturillas de madera que representan a estos baobabs.
Y finalmente paramos en la avenida de los baobabs
cuando está próximo el atardecer. Las luces del crepúsculo iluminan los
grandiosos baobabs y engrandecen todavía más su presencia. Son los auténticos
protagonistas de ésta película! Decenas de turistas nos agolpamos alrededor de
ellos para aplaudir la escena final. El sol se esconde entre sus ramas y nos
deja a todos sin palabras.
En el poblado han empezado a cobrar 1000 Ari por
aparcar el coche para ver la escena… no puedo entender cómo no ponen una valla
y nos cobran 5000 Ariary a cada turista por hacer las fotos de rigor… Hay que aguantar todas las tardes a decenas
de turistas invadiendo tu espacio y fotografiando tus árboles sagrados.
En media hora llegamos a Morondava y vamos a dormir
al Hotel Trecicogne, regentado por un italiano. El hotel está bien, es
agradable y bien situado y la cena a base de espaguetis es excelente. Sin
embargo, la noche no fue tan buena…. Una música estruendosa y machacona empezó
a las 8 de la tarde, parecía que la teníamos dentro de la habitación. Era
viernes, día de fiesta en Madagascar y pensamos que todo acabaría a las 12 o la
1, pero ni a la 1, ni a las 2, ni a las tres….. hasta las 8 de la mañana del
día siguiente ininterrumpidamente! La música era insoportable, se te metía en
el cerebro y no se podía hacer nada para evitarlo y creanme que lo intentamos
todo!!
Al día siguiente nos enteramos que no era por la
juerga del viernes, que había sido una ceremonia de Famadihana, en las que se
vela al muerto de manera ininterrumpida durante 12 horas. Pues menos mal!
Porque estábamos pensando ya en largarnos de esta horrenda ciudad!
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