30 de Julio. TRANSITO DE ANSTIRABE A MIANDRIVAZO
Nuevo día de tránsito. Es lo que tiene viajar por
África, los kilómetros se hacen interminables!! Hoy hacemos de Antsirabe a
Miandrivazo (200 km-4h).
A las seis de la mañana me despierta el sonido
angustioso del motor de nuestro 4x4 diciendo que hasta aquí hemos llegado y que
hoy ya no quiere trabajar más en esas condiciones… Hemos desayunado con un pan buenísimo y a las
8, hora acordada, hemos esperado a que llegara Roland… Ha aparecido a las 8.30 diciendo que el coche
estaba broken y que teníamos que pasar la mañana en Antsirabe hasta que lo
repararan. A cambio, nos ha reservado dos pousse
puosse para que nos lleven a ver los sitios típicos de la ciudad y los centros
de artesanía. Esto lo pagan ellos, claro.
La verdad que ha sido una mañana la mar de
agradable. Lo de los pousse pousse era algo que queríamos probar, así que ha
sido la oportunidad perfecta. Nos ha encantado la visita a la ciudad y algunas
de las cosas que hemos visto en los centros de artesanía que hemos visitado.
Antsirabe es una ciudad limpia y ordenada que
apenas tiene tráfico de vehículos, sin embargo, está invadida por miles de
pousse pousse. La mayoría son de bicicleta y acogen a 1 o 2 personas o
mercancía variada, alguna de ella muy pesada! Pero lo más duro es ver a los que
llevan el pousse pousse corriendo, además son gente mayor y suelen ir
descalzos… nos ha impresionado verlos trabajar, a veces con unas cargas
increíbles!!
Nuestros conductores nos han llevado primero a un
lugar muy auténtico donde nos han hecho una demostración de cómo trabajan el
cuerno de cebú para hacer ornamentos. Gemma ha quedado impresionada con la
habilidad del señor (un hombre ya mayor) para trabajar con este material y
moldearlo. En 15 minutos nos ha hecho un precioso pajarito partiendo de un cuerno de cebú. Luego
no hemos podido resistir comprarle un cebú hecho con cuerno de cebú! Muy chulo!
Moviéndonos por una ajetreada ciudad que está de
lunes por la mañana nos llevan ahora a un centro con muestrario geológico de la
zona. Nos enseñan los diferentes tipos de piedras y fósiles que tienen y
básicamente te llevan a lo que te quieren vender. No nos ha gustado el sitio ni
la forma de tratarte, mucho más auténtico el de los cuernos de cebú.
Por último, tras pasearnos por el mercado en el que
se vende desde todo tipo de utensilios de cocina, ropa, verdura hasta carne, nos
han llevado al centro de bordados, donde en una cooperativa, grupos de mujeres
trabajan para bordar todo tipo de prendas de algodón con escenas típicas de
Madagascar.
Después de dos horas de interesante paseo, nos
devuelven al hotel, donde, ante nuestra sorpresa, Roland ya nos espera con el
coche reparado… cruzamos los dedos para que sea la última vez y el coche nos
aguante todo el viaje!!!
Tras recorrernos todas las gasolineras de Antsirabe
en busca de gasoil, por fin conseguimos rellenar el depósito y partimos en ruta
hacia Miandrivazo. A la salida de la ciudad nos lleva a ver el lago ANDRAIKIBA,
que nutre a la ciudad de agua. Es un lago asentado en un antiguo volcán y se
usa tanto para pescar, como para lavar la ropa.
Las tierras que rodean a la ciudad de Antsirabe son
extremadamente fértiles debido, precisamente, a su origen volcánico y a ser una
zona húmeda donde llueve con frecuencia, así que el aprovechamiento agrícola de
la zona dota al área de gran riqueza.
Lo del tema de la fabricación de ladrillos requiere
un capítulo a parte.... Desde el primer día en la salida de Tana, Roland nos
cuenta que usan las tierras agrícolas tras la cosecha para la fabricación de
ladrillos de arcilla. Desde ese momento veremos montones de ladrillos apilados a lo largo de toda la ruta que realizamos. No
acabamos de entender muy bien como se lleva a cabo este doble aprovechamiento,
agrícola-construcción, pero nos sorprende ver que las tierras de cultivo están
siempre unos metros más hondas que los caminos, carreteras y poblaciones. Hoy
por fin nos ha explicado bien Roland cómo llevan a cabo este doble o triple
aprovechamiento. En las zonas buenas pueden llegar a realizar dos o tres
cosechas de arroz, pero mientras esperan la temporada de lluvias, utilizan la
tierra labrada y húmeda para hacer ladrillos. Esto, claro, hace que el nivel de
los campos baje cada vez más, por eso se ven como en una hondonada todo el
tiempo. Esto facilitará su inundación para el cultivo de arroz, pero seguro que
disminuye su productividad. Vemos zonas en las que se observan desniveles de
varios metros.
Por esta razón también la construcción es más
barata y les permite hacer grandes y bonitas casas, porque la materia prima les
sale muy económica.
Según salimos de la zona de influencia de
Antsirabe, el paisaje cambia completamente. Por una carretera en bastante buen
estado al principio, comenzamos a subir en altura y empieza un paisaje árido de
alta montaña en el que las poblaciones que van apareciendo a nuestro paso
muestran cada vez mayor índice de pobreza. Pero es que los recursos en esta
zona son muy limitados… apenas hay agua, la tierra se ve muy poco fértil y hay
pocos animales.
El paisaje se mantiene así hasta llegar a
Miandrivazo, que se encuentra en la bajada al valle después de este paisaje
inhóspito, pero no por ello menos hermoso.
Nos alojamos en el Princesa Tsiringa, un hotel de
lujo para lo que hemos visto hasta ahora. 120000 Arys la noche sin desayuno,
pero la habitación es amplia, bonita y está bien decorada.
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