4 de Agosto. MORONDAVA
Ayer Roland nos contó algunas historias ocurridas
en la zona de los Sakalavas que nos dejaron un tanto impactadas y además, nos dijeron que había habido un ataque en Belo du mar. Esto, unido a que el
coche funciona fatal y cuando se para hay veces que no se pone en marcha, nos
hace optar por un cambio de ruta. En vez de cruzar por toda la costa oeste
hacia las playas de Ifaty, nos volvemos hacia Antsírabe y cogemos la Nacional 7 hacia el sur para visitar los parques nacionales de la zona. Para evitar hacer
tantos kilómetros, no iremos hasta la zona de playa y acabaremos la ruta en
Ranohira, así tenemos más días para hacer el viaje con más calma, mora mora…
Como tenemos que reorganizar todo y cambiar todas
las reservas de los hoteles, decidimos quedarnos el día de hoy en Morondava para
descansar y organizarlo todo. Además, a Roland le viene de perlas para pegarle una buena revisión al coche y ver dónde está el problema.
Morondava es una ciudad turística, que recoge a
todos los viajeros que quieren llegar a los Tsingy y a Kirindy. Antes y después
tienes que pasar por aquí y muchos de ellos/nosotros deciden pasar aquí dos
días para descansar después del duro camino. Es una ciudad costera con un
ambiente relajado y un buen nivel de vida, gracias a los ingresos que aporta el
turismo.
Pateamos la ciudad por la mañana antes de que
empiece el fuerte calor. Se está a gusto, te intentan vender cosas, pero sin
agobiarte. Hay bastantes chiringuitos de souvenirs, donde aprovechamos a hacer
algunas compras. No son muy amigos del regateo, aunque algo se les puede bajar…
Nos encontramos de nuevo con los chicos Madrileños
(anoche también estaban tomando algo en nuestro hotel, parece que el destino se
empaña en hacer que nos encontremos todo el rato!!). Nos dicen que vayamos
luego a echar unas cervezas con ellos, así que aceptamos la oferta
gustosamente.
Primero acabamos de organizar los próximos días de
viaje y comemos en el restaurante el Coreil, donde comimos tan estupendamente el
otro día. Nos acompañan un enorme grupo de ruidosos chinos chuperreteando
langostas a 10 euros!. A mi me fastidian especialmente porque la otra vez que
estuvimos aquí me quedé con las ganas de probarla y hoy venía dispuesta a
hacerlo… Ya me escamó al entrar ver 5 autobuses aparcados en la puerta y más
cuando vi a los chinos poniéndose las botas… efectivamente, luego me lo
confirmaría la camarera: “ lo siento mucho, pero ya no nos queda langosta”….
Brrrrrrr
La tarde la pasamos relajadamente con Patricia,
Ana, Vivi, Manu y Javi, tomando cervezas y, como no, hablando de viajes!
Tras disfrutar de un precioso atardecer en la playa
de Morondava, nos vamos a cenar al hotel y a descansar, a ver si esta noche es
más apacible!!
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