9 de Agosto. ANDINGRITA A RANOHIRA


Hemos dormido bien en nuestra cabañita y el desayuno es bastante decente…. Bastante más que la cena, que aunque buena, era escasa y con muy poca carne para la gente que estábamos; nos parece especialmente escasa cuando vemos el precio: 30000 por persona y nos han dado menos cantidad que en un hotely!!!
Por la mañana nos vamos de ruta por la zona en compañía de una pareja de italianos, un guía y un oteador. Elegimos la ruta corta porque no nos da tiempo a más, aun así son casi 4 horas.
El hotel está enclavado en el Parque Nacional de Andingrita, un tesoro por descubrir, según la Bradt. Es un parque muy poco visitado, sin embargo es hermoso. Está rodeado de grandes montañas rocosas que deben de ser la delicia de los escaladores y de los que les gusta el parapente.
Nuestra visita comienza por los dos pequeños pueblos cercanos al hotel. Allí el guía nos explica un poco el modo de vida de la gente y cómo son las casas. Nos permiten entrar en alguna de ellas y vemos como están edificadas. En estas poblaciones se mezclan familias de dos etnias diferentes: Betsileo y Paratrais; se puede distinguir claramente por el tipo de casas que construyen. Los Betsileo siempre de dos o tres pisos: la planta baja para los cebús u otros animales, la segunda planta para dormir y si hay una tercera, es donde ponen la cocina para que salgan los humos. Las casas de los Paratrais son mucho más sencillas, ya que eran nómadas y nunca les ha preocupado mucho la casa, así que son viviendas de una planta cuadrada donde vive toda la familia.

 Vivienda Betsileo.

Al fondo vivienda Paratrai.

 Detalle balcón madera trabajada, típico de casas Betsileo.




Hay otras pequeñas construcciones con dos plantas, donde la de abajo es para mantener a los pollos y la de arriba para guardar el grano para el alimento del año.
El ganado se guarda en corrales hechos de palos o piedras y normalmente está en el centro del pueblo para tenerlo bien protegido y controlado. Hay que tener en cuenta que los cebús son para los malgaches (y para la mayoría de los africanos) su banco, así que lo tienen que tener a buen recaudo!!!


Con el tema de los cebús yo me he cansado de preguntar a qué edades los sacrificaban y al final he conseguido entender que no hay una edad, los cebús se sacrifican cuando la familia necesita dinero o cuando ya son muy viejos. Mientras tanto los animales se mantienen en el rebaño como reserva económica.


La gente en los poblados es amable y sonriente, se nota que tienen bien aprendido que los turistas les dejamos una importante suma de dinero a los poblados, ya que el dinero que pagamos ayer en la entrada revierte directamente en ellos.
En el poblado más grande tienen un dispensario donde trabaja una enfermera y una matrona, pero no tienen médico. El servicio es gratuito, pero las medicinas tienen que comprarlas. Cuando les pasa algo grave tienen que ir hasta Anbalavao, y para eso tienen que hacer 10km andando y luego coger un taxi brousse…..
Saliendo del poblado nos cruzamos con un grupo de jóvenes que viene muy serios y muy rápidamente y vemos que llevan entre dos un madero con un fardo en medio atado con sábanas. Yo dudo si será un cadáver de persona o de res, pero el guía nos confirma que se trata de una persona del pueblo, que se puso enfermo y aunque lo llevaron a Ambalavao, ha fallecido y los chicos del pueblo han ido a recoger el cuerpo a pié para enterrarlo con su familia… impresionante.
Dejando los pueblos nos adentramos en la ruta por el bosque… bueno, bosque bosque no es, pero lo llaman así… Es una zona frondosa a los pies de las grandes montañas, donde abundan las formaciones rocosas que se combinan con arbolado y pequeños pasos de agua. Por fin nos enteramos como llega el agua a las terrazas que vemos inundadas de tanto en tanto para el cultivo del arroz…. Tienen todo el monte canalizado y traen el agua desde las montañas hasta las zonas de cultivo.

 Monte El Camaleón. Donde, como se puede ver en la imagen, se puede subir en una ruta un poco más larga.





 Tumbas en las rocas.




Pasamos por una piscina natural donde encontramos multitud de niños y mujeres vendiendo collares, un mirador y multitud de lémures de cola anillada, los primeros que vemos hasta ahora (son típicos de Isalo).





 Les gusta tomar el sol a medio día.


El paseo en general es muy agradable y la visita a las poblaciones, muy instructiva!!!
Nos despedimos del hotel con un sabor agridulce: el lugar es muy bonito y merece una visita, el hotel está muy bien construido y las cabañas son muy chulas, pero no nos gusta el modo de gestionarlo y cómo te clavan en las comidas…
En el camino de pista de 10km que nos sacará a la carretera general en 1 hora, nos encontramos con el guía de parapente andando con su parapente a la espalda los 10 km para coger el taxi brousse….. my god! Le recogemos para llevarle y se pone contentísimo!! El hombre, ya algo mayor, es encantador. Es instructor de parapente y nos cuenta cómo llegó a serlo gracias a un francés que le enseñó. Él enseño a otros y creó una asociación en Madagascar de Parapente que fue bendecida y aprobada por la federación internacional, así que el hombre estaba muy orgulloso de esto y con razón!! Ahora se iba a otra población porque tenía unos saltos contratados allí, de modo que de donde le llaman, él va con su parapente a cuestas!! Cobra por el salto 50 euros, dura el tiempo que dure y la verdad que contándonoslo, nos pone los dientes un poco largos, al menos a mí….
Lo dejamos contentísimo en el cruce y nosotros nos vamos dirección Ranohira. Paramos a comer en un hotely un pollo con arroz muy rico y emprendemos camino por un paisaje cada vez más desértico hasta llegar al desierto total!!! El clima, según bajas hacia el sur, cada vez es más seco y la vegetación escasea, pero es que además, la que hubiera en el pasado, se la han cargado toda y no quedan más que pequeños grupos de eucaliptos que están siendo repoblados. Este es dominio de los Bara, la etnia ganadera por excelencia. Fueron ellos, en este caso, los que fueron quemando los bosques para generar nuevos pastos, y ahora tienen lo que tienen…. Básicamente nada. Ni cebús se ven ahora por la zona que nos es más que un inmenso secarral salpicado con alguna pequeñísima población de tanto en cuanto.
Nos cuenta Roland que compañías extranjeras están comprando estos terrenos para plantar otros productos como maíz, frutales u otros cereales y exportarlos a Europa.
Por fin llegamos a Ranohira, una población tranquila centrada casi completamente en el turismo que llega para visitar el parque nacional de Isalo. El hotel que habíamos reservado por booking, el ITC, resulta que llevan un lío de tres pares de narices y no encuentran nuestra reserva…. Después de más de media hora dando vueltas de un trabajador a otro, decidimos mandarlos a cascarla e ir a buscar otro. Al final nos alojamos en el Orchidee, que está muy bien situado en el centro del pueblo y tiene habitaciones de dos calidades y dos precios muy dispares: una cutrecilla, pero más que aceptable por 45000 Ari y otra bastante pija por 130000…. Nosotras vamos a la cutre, claro, pero como solo tienen sitio para la primera noche, en la segunda tenemos que coger la habitación pija. Entre las dos sale el precio que nos hubieran cobrado en el ITC.
El guía y las entradas del parque es conveniente cogerlas la tarde anterior. Cutu, nuestro guía de mañana, nos cuenta con pelos y señales la ruta que vamos a seguir y nos da los consejos pertinentes de las cosas que hemos de llevar.
Cenamos en una estupenda pizzeria que regente un italiano muy majo. Liberta se llama el local y aunque está un poco alejado del centro, merece mucho la pena ir a comerse una buena pizza.

Comentarios

Entradas populares de este blog

13 de Agosto. DE AMBROSITA A ANTANANARIVO